Tipos de tipografías
Hay dos grandes grupos de tipografías:
En general, las tipografías serif resultan más legibles en papel, pues los remates de las letras guían la vista de una letra a otra. Por el contrario las sans serif son las más indicadas para las pantallas del ordenador y para las diapositivas de una presentación. Las terminaciones de las tipografías serif no se ven bien con bajas resoluciones, y pueden dificultar la lectura. Además, el grosor del trazo de las letras serif no suele ser uniforme, y a veces existen trazos muy finos que no se ven bien en pantalla.
¿Cuántas tipografías utilizar?
Pocas, nunca más de tres diferentes en la misma presentación. Una buena recomendación podría ser la de utilizar dos, una más formal y otra más informal, para crear contraste:
El tamaño
La única regla es que el texto debe ser legible desde lejos una vez proyectado. Se recomiendan tamaños superiores a 36 ó 38 puntos, aunque esto podría variar en función de la tipografía.
Una buena práctica puede ser la de comprobar que el texto se lee perfectamente en la pantalla del ordenador cuando ponemos el clasificador de diapositivas:
La cantidad
Sólo lo imprescindible. Esta debe ser la regla de oro, sobre todo si la presentación es para realizar una exposición (si es para tomar apuntes, como en la imagen de arriba, o para colgarla en Internet, necesariamente habrá más texto, pero aún así hay que procurar dosificarlo al máximo).
Si vamos a realizar una exposición no debemos llevarla toda escrita en las diapositivas. La gente se pondría a leer y no nos escucharía. El texto debe servir únicamente para subrayar lo que decimos de viva voz. Como lo que nos interesa subrayar son las ideas clave, esas son únicamente las que debemos escribir. Suele ser preferible quedarse corto de texto que pasarse.
La diapositiva de arriba es aburrida, e invita al aburrimiento. Si la dividimos en dos (las diapositivas son gratis), incluimos imágenes, y reducimos el texto al mínimo, lo que contemos de viva voz quedará perfectamente subrayado por ellas:
Otro ejemplo:
La alineación
Resultan mucho más interesantes los textos alineados a la izquierda o a la derecha, por lo que suele ser preferible utilizar estas alineaciones antes que la centrada.
El texto no se justifica, ya que generalmente se producen grandes espacios entre las letras y las palabras y el efecto que produce no es agradable.
Obsérvese cómo las alineaciones de abajo crean un efecto mucho más interesante y atrayente, y cómo el texto justificado crea efectos desagradables:
También puede alinearse de manera que coincidan trazos verticales de las letras, lo que crea un efecto interesante:
Obsérvese en esta imagen cómo se han hecho coincidir los trazos de las letras p, y las dos d de los renglones inferiores:
En la primera diapositiva del siguiente ejemplo el texto está alineado a la derecha. Aún así, coinciden los trazos verticales de la r de electrónicay la l de analógica. En la segunda diapositiva coinciden los trazos verticales de la n y la l, y la tilde de analógica parece colgar de la i de electrónica. El texto no queda alineado, pero el efecto es más interesante:
Formas de incluir el texto en una diapositiva
El texto puede incluirse directamente sobre una diapositiva, tal y como se muestra en las imágenes anteriores.
Asimismo el texto puede incluirse en una caja:
Otra forma interesante de incluir texto es hacerlo en un "papel", que se inserta en la diapositiva de las mismas maneras que vimos para las imágenes:
Texto con imagen
Cuando en una diapositiva utilizamos simultáneamente una imagen y texto podemos hacerlo de dos maneras:
Inclinar el texto
El texto puede inclinarse ligeramente para reforzar nuestro mensaje. Los textos ascendentes transmiten optimismo y energía, los descendentes, tristeza, aburrimiento o cansancio. Como norma general, este recurso no se empleará de forma continuada, sino sólo como un elemento de contraste.
Texto que se sale de la diapositiva
Puede hacerse que el texto salga de la diapositiva. De esta forma se consigue dar la impresión de que la diapositiva no es lo suficientemente grande como para contenerlo. En el siguiente ejemplo, ni la multitud ni el deseo de irse caben en la diapositiva:
Manipulación del texto
En muchas ocasiones puede ser interesante manipular un texto, cambiando el tamaño, la posición, la inclinación o el color de alguna letra, por ejemplo. Este tipo de textos no debería emplearse con frecuencia, sino sólo para elaborar el título o crear un elemento de contraste en la presentación.
DPTO. DE TECNOLOGÍA - I.E.S. EL PARADOR