En Almería se extrajo plomo a lo largo del siglo XIX y principios del XX. Hubo minas en las Sierras de Gádor y Almagrera, en Rodalquilar o en Bédar, entre otros lugares. Los procesos metalúrgicos se llevaban a cabo en fundiciones situadas bien a pie de mina (pequeñas y artesanales), o bien en Adra y en las faldas de la Sierra Almagrera (más grandes y modernas). Hasta aquí llegaba el mineral cargado en burros.
El mineral del que se obtiene el plomo se llama galena. A veces la galena se encuentra acompañada de plata. Entonces se llama galena argentífera. Por lo tanto, en las fundiciones de plomo también se obtenía plata. En la imagen, galena argentífera (de color oscuro), y blenda (de color verdoso) sobre una matriz de cuarzo, proveniente de una mina del Cabo de Gata:
Y en esta otra imagen, veta de galena en una mina de la Sierra de Gádor:
La sierra de Gádor está llena de pozos y socavones de los que se extrajo mineral de plomo. Son fácilmente localizables por las escombreras de estériles (la roca que rodea a los yacimientos de mineral, o roca de caja) que hay junto a ellos:
Pueden encontrarse diversas tecnologías para subir y bajar tanto mineral como mineros a través de los pozos: tornos, malacates (movidos por caballerías), y los más modernos, con su castillete, y movidos bien por máquinas de vapor, bien por electricidad.
Los malacates los movían caballerías. Como vestigio de ellos suele quedar el ruedo por el que se movían los animales, accionando, al hacerlo, la maquinaria para subir y bajar del pozo.
La mina El Segundo contaba con una máquina de vapor. En la fotografía puede observarse la chimenea de la misma, con las cumbres de Sierra Nevada, el Mulhacén y la Alcazaba, al fondo:
En los pozos más modernos, como el pozo Lupión, la maquinaria estaba accionada por electricidad:
En algunas minas son accesibles las cámaras de explotación (aquí el plomo se solía encontrar en bolsadas, no en filones). Posiblemente las más espectaculares sean las de la mina Enrique Francisco (también conocida como del Carmen), en el Marchal de Antón López:
Algunas otras imágenes de las grandes cámaras de explotación, de donde se extrajo el mineral de plomo. Se aprecian las llaves o pilares que se dejaron para evitar su colapso:
En el interior de alguna de las galerías es posible incluso encontrar algún aljibe, como éste de la mina Maldonado Viejo:
La separación de mena y ganga
También encontramos en la sierra vestigios de distintas tecnologías para la separación de la mena y la ganga, desde los más primitivos rumbos, hasta celdas de flotación. Quizás el ejemplo más ilustrativo sea el de las minas de El Marchal de Antón López. En la mina del Carmen, un pozo del siglo XIX, junto al malacate encontramos un rumbo, sistema empleado hasta principios del siglo XX:
Y en la mina Enrique Francisco, a un nivel algo inferior, se encuentra un lavadero que data de la década de 1940, en el que se aprecian los restos de las celdas de flotación, lo que por entonces era un novedoso sistema de separación de mena y ganga:
La obtención del plomo
En la zona se instalaron numerosas fundiciones para la obtención del plomo.
Quizás la más peculiar sea la fundición de Castala, que data del siglo XIX. De ella queda un horno:
Sin embargo, las galerías de condensación indican que debió haber otros tres hornos, posiblemente posteriores al anterior, y de los que no quedan más que las paredes de las edificaciones en las que estuvieron ubicados.
Esta fundición tiene dos curiosas particularidades:
La primera es que sus galerías de condensación forman varios serpentines (en concreto 3), en lugar de ir zigzagueando por la montaña.
En estos serpentines hay orificios de ventilación, que permitirían ventilarlas bien antes de acceder a ellas.
Y, en el extremo de los serpentines hay accesos, que permitirían introducirse en ellas para recoger el plomo que se condensase al enfriarse los vapores de fundición
La segunda particularidad es su chimenea: en lugar de construirse de fábrica, está excavada en el promontorio rocoso que forma el peñón de la Rata. La galería de condensación se introduce en él, y, dando un brusco giro hacia arriba, desemboca en la cima del mismo
Pero sin duda la fundición más importante de toda la zona fue la Fundición de San Andrés, en Adra. En la foto puede verse lo que apenas queda de ella: la torre de perdigones y una explanada en la que se situaban los hornos:
En las siguientes fotos pueden verse el arranque de una galería de condensación y la chimenea, ya alejada de Adra, por la que salían los humos.
En la fundición de San Andrés se fabricaban numerosos objetos de plomo, como pigmentos, tubos, o perdigones. Estos últimos se obtenían en una torre de perdigones. No resultaba fácil fabricarlos con una forma perfectamente redonda, pero en el siglo XVIII al inglés William Watts se le ocurrió que si se dejaba caer el plomo fundido desde una gran altura, como si fueran gotas de lluvia, los perdigones quedarían perfectamente esféricos. Él construyó la primera torre de perdigones en su propia casa. La idea funcionó, por lo que la patentó, y durante mucho tiempo se emplearon estas torres para fabricarlos.
En Adra, el plomo se subía por una escalera de caracol hasta la parte alta de la torre. Allí se fundía con un pequeño horno, y se dejaba caer a través de una criba. Las gotas de plomo se iban enfriando según caían hasta el agua que había al fondo, donde terminaban de solidificarse.
En la propia Almería hubo también varias fundiciones. Entre los pocos restos que aún se conservan destaca esta torre de Perdigones, único vestigio de la fundición a la que perteneció, hoy en pleno centro de la ciudad:
SIERRA ALHAMILLA
La extracción del mineral
Sierra Alhamilla fue también zona de extracción de mineral de plomo. Quizás las instalaciones más espectaculares sean las del coto Láisquez (o Láizquez), en Níjar. Esta mina se mantuvo activa durante casi 100 años, desde finales del siglo XIX hasta bien entrada la década de 1970.
En las imágenes, una de las bocaminas y galerías de transporte:
Se conservan asimismo numerosos restos de las instalaciones de tratamiento del mineral (triturado y lavado), así como de instalaciones auxiliares:
Y estas otras son vistas de la zona de viviendas:
No muy lejos se encuentra la mina La Sobrina, explotada entre los años 40 y 70 del siglo pasado. Bastante más modesta, sus instalaciones principales son un pozo (hoy cegado), y una pequeña nave de tratamiento del mineral.
Dentro de la nave encontramos una bancada (que quizás sirviese de apoyo al equipo de trituración y molienda), y una estructura de madera que es posible que albergara celdas de flotación para separar el mineral de plomo.
En el edificio del transformador todavía se aprecian los equipamientos. En esta imagen se observa el radiador que albergaba el transformador propiamente dicho. Encima de él, el depósito del aceite, que era el líquido refrigerante:
Y en éstas otras se aprecia lo que fue el disyuntor:
La obtención del plomo
En el cerro del Mortero se extrajo plomo, y hubo asimismo una fundición.
Aunque de los hornos no queda rastro, sí permanecen aún los restos de la galería de condensación y de la chimenea.
Curiosamente, al igual que en el peñón de Castala, esta galería aumenta su longitud formando dos serpentines.
Llama la atención el que estos serpentines salven un cierto desnivel, pues esto supone que en los recorridos de vuelta el humo debía viajar pendiente abajo, como puede apreciarse en este esquema:
SIERRA NEVADA
Los yacimientos de plomo de Sierra Nevada pueden considerarse una continuación de los de la Sierra de Gádor. Simplemente se encuentran en la margen opuesta del río Andarax, y no se extienden mucho más allá.
El mineral se extrajo a lo largo del siglo XIX, y existieron varias fundiciones. Al igual que ocurrió en la Sierra de Gádor, en algunos lugares se explotaron las viejas minas y escombreras en busca de restos de plomo durante el siglo XX.
SIERRA ALMAGRERA
La extracción del mineral
Desde el descubrimiento de plomo en el barranco Jaroso en 1838 hubo una febril actividad extractiva en toda esta sierra. La galena iba acompañada de plata, lo que aumentaba notablemente su valor.
Muchas minas contaban con máquinas de vapor para mover la maquinaria para subir y bajar a los pozos.
A cierta profundidad aparecía agua en las minas, por lo que se hizo necesario construir desagües para evacuarla.
La obtención del plomo
En las faldas de la sierra, junto a la costa, se instalaron numerosas fundiciones, que funcionaron desde la década de 1840 hasta principios del siglo XX.
En la siguiente foto pueden verse los restos de los hornos y la escombrera de la fundición Nueva, muy cerca de Villaricos:
De los hornos salía el plomo, así como otras sustancias que no tenían interés. Estas últimas se llaman escorias. Las montañas de piedras que se observan bajo los hornos no son otra cosa que escorias. A estas pilas de escorias se las conoce como escombreras o escoriales. En la siguiente foto puede observarse una escoria. Fíjate en su forma irregular y en las burbujas que se observan dentro de ella, señal inequívoca de que ha sido fundida.
De estos hornos también salían largas galerías de condensación, que serpenteaban por la sierra hasta llegar a chimeneas alejadas de la fundición.
Junto a la anterior hay otra fundición, llamada La Invencible. Puede observarse , en lo alto de un cerro, la chimenea en la que desembocaba la galería de condensación:
De los hornos apenas queda una arcada de piedra sobre una gran escombrera:
Sierra del Cabo de Gata
En la Sierra del Cabo de Gata hubo también numerosas minas de plomo, de las que aún se conservan algunos vestigios, y numerosas escombreras:
La mina más importante de la zona era la de Santa Bárbara, que contaba con una máquina de vapor.
Junto a la mina se construyeron instalaciones de lavado (para separar mena y ganga), así como una fundición para la obtención de plomo.
Además de la fundición de Santa Bárbara, y en la misma época (finales del siglo XIX) funcionaron otras dos, la del Rincón de Martos, y la de Alemanes Nuevos. Todas extraían plata y zinc junto con el plomo.
BÉDAR
Durante la segunda mitad del siglo XIX se extrajo plomo en Bédar, llegando a instalarse una fundición, llamada Carmen. Puede observarse cómo hasta la chimenea llega una galería de condensación.
Una visita a una mina de plomo
Visita a la galería de arrastre de la mina Benito, en Berja. En ella todavía se conservan raíles y algunas vagonetas utilizadas en su día para el transporte del mineral. En algunas zonas también se observan bonitos entibados de mampostería.
La dolomía franciscana
Una roca muy típica de la Sierra de Gádor, y que además se considera indicativa de la presencia de plomo, es la dolomía franciscana. Tiene un característico aspecto acebrado, alternando bandas blancas y negras.